GESTIÓN EN LA EDUCACIÓN: UN CONCEPTO CON DIVERSIDAD DE DEFINICIONES

MANAGEMENT IN EDUCATION: A CONCEPT WITH DIVERSITY OF DEFINITIONS

Carranza, Aldo*

* Red de Escuelas Universitarias del Sureste A.C. / Docente de Educación Primaria y de Asignatura en Nivel Licenciatura y Posgrado. México.

Autor corresponsal: CarranzaLuna.ConRumbo@gmail.com  

DOI: www.doi.org/10.55867/qual29.05   

Como citar (APA): Carranza Luna, A. A. (2025). Gestión en la educación: un concepto con diversidad de definiciones. Revista Qualitas , 29(29), 074 - 087. https://doi.org/10.55867/qual29.05

 

Manuscrito recibido el 29 de abril de 2024. 

Aceptado para publicación, tras proceso de revisión, el 09 de diciembre de 2024.

Publicado, el 06 de enero de 2025.

Resumen

El presente texto explora las distintas definiciones que tiene el concepto de gestión en el ámbito educativo, las principales diferencias que hay entre ellas y el campo de acción que corresponde a cada una. Considerando tres conceptos: la gestión educativa, la gestión escolar y la gestión pedagógica, lo anterior como resultado de una investigación bibliográfica de tipo exploratorio en diversas fuentes, con la finalidad de contribuir al análisis de la importancia que tienen dichos conceptos, así como la relación existente entre ellos y de qué manera su desarrollo apropiado puede contribuir a la mejora educativa y el alcance de mejores resultados en los aprendizajes de los educandos.

Palabas clave: educación, gestión, gestión escolar, gestión educativa, gestión pedagógica.

Abstrac

This text explores the different definitions of the concept of management in the educational field, the main differences between them and the field of action that corresponds to each one. Considering three concepts: educational management, school management and pedagogical management, the above as a result of an exploratory bibliographic research in various sources, with the purpose of contributing to the analysis of the importance of these concepts, as well as the relationship existing between them and how their appropriate development can contribute to educational improvement and the achievement of better learning results for students.

Keywords: education, management, school management, educational management, pedagogical management.

 

INTRODUCCIÓN

Por lo general es común que se afirme que la principal responsabilidad de lo que ocurre  en el ámbito educativo está en manos de los docentes, no obstante, es necesario ampliar el panorama de análisis, y considerar las diversas relaciones que se tejen al interior de un Sistema Educativo, sobre todo si consideramos que en las últimas décadas nuestras autoridades han realizado diversas reformas educativas a lo largo y ancho del continente americano, de manera que en la medida en que logremos reconocer la importancia que tiene la labor de cada agente que interviene en el proceso educativo podremos alcanzar el logro de mejores resultados y estaremos contribuyendo a que la educación sea hoy más que nunca el camino que nos lleve como sociedades democráticas a un mejor futuro.

Así, se puede emplear la relación que existe entre los conceptos gestión y educación para contribuir a la discusión de la que se ha hecho mención previamente, y ya que “la escuela tiene un sentido colectivo que imprime identidad y ensancha horizontes vitales de las personas” (Yáñez, 2022, p. 11). Ella puede ser útil como punto de partida para este análisis, dado que además de la cotidiana presencia de los docentes en las aulas escolares, los gobiernos determinan desde sus políticas educativas (y sus reformas) lo que desean que ocurra en la escuela, y las autoridades educativas (Jefe de sector, supervisor, directivo, etc.) están inmersos en la dinámica de control que existe alrededor y al interior de dicha institución,  es posible vislumbrar que en mayor o menor medida todos los mencionados son responsables de lo que se logra o no se alcanzan en la institución educativa.

MÉTODOS

El presente trabajo corresponde a los resultados de una investigación documental de alcance exploratorio, la cual, de acuerdo con Morales (2003) “tiene la particularidad de utilizar como una fuente primaria de insumos, mas no la única y exclusiva, el documento escrito en sus diferentes formas: documentos impresos, electrónicos y audiovisuales” (p. 2).  Es, por lo tanto, producto del compendio y análisis de diversos textos cuyos contenidos giran en torno a las distintas acepciones que tiene el término de gestión en el ámbito educativo, sin considerar en dicha selección la temporalidad de su publicación, dado que se busca hacer acopio de la mayor cantidad de referentes teóricos que sea posible sin que su fecha de publicación implique una limitante en la contribución a esta reflexión.

Por su parte Baena (2017) nos dice que este tipo de investigación conlleva procesos de revisión, contrastación y análisis de fuentes bibliográficas, entre las cuales podemos enlistar: tesis, libros, reportes de investigación, artículos científicos, etc. Todos los documentos analizados para la construcción del presente texto están relacionados con algunos de los siguientes términos: gestión educativa, gestión escolar o gestión pedagógica, con la finalidad de lograr construir una distinción entre cada uno de ellos que permita entender más claramente el alcance que el concepto general de gestión puede tener dentro del tema educativo y su aplicación en los niveles: micro, meso y macro.

De manera que la revisión realizada en cada uno de los textos correspondió a la búsqueda de las definiciones de los términos antes mencionados, con la intención de lograr la construcción de una perspectiva teórica que logre identificar los puntos de relación entre los mismos, con un alcance exploratorio, cuyo objetivo “es examinar un tema o problema de investigación poco estudiado, del cual se tienen muchas dudas o no se ha abordado antes” (Hernández et al, 2014, p. 91).  Dado que este tema resulta de vital importancia en el marco de las reformas educativas que muchos sistemas educativos han vivido en lo que va del presente siglo, y en cuyo desarrollo se ha ido delimitando (o cambiando) las responsabilidades y atribuciones de cada uno de los agentes educativos, quienes desarrollan algún tipo de gestión en su labor educativa cotidiana.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El proceso educativo es una actividad propia del ser humano, desde que llegamos al mundo nos encontramos en un constante proceso de aprendizaje que no se detiene a lo largo de toda nuestra vida, a menos que se padezca alguna enfermedad que degenere nuestro sistema nervioso, en este sentido, la humanidad ha ido desarrollando a lo largo de su historia como especie una propia definición de lo que es necesario garantizar en las nuevas generaciones para el bienestar colectivo, este acto social tiene un fuerte vínculo con la política, pues “la política es el lugar donde acuden las diferentes ideologías o intereses; don-de  se  debaten,  imponen  o  negocian  y,  al  final,  se  decide” (Andere, 2023, p. 51). De manera que la educación se convierte en un puente entre lo que ocurre en un momento determinado de la historia humana y lo que se pretende ocurrirá en el futuro, en una preparación anticipada por medio de las generaciones más jóvenes.

El hablar de la educación tiene muchas aristas, una de ellas que es relevante, tiene que ver con la manera en que el currículum se desarrolla, con la forma en que se gestiona el proceso de enseñanza-aprendizaje y todo lo que está relacionado con él, desde la planificación, la preparación previa, la puesta en marcha, y por supuesto la evaluación de lo ocurrido, todo ésto tiene un fuerte vínculo con el ámbito de la administración, del cual se retoman elementos que contribuyen a dar un significado propio al término de gestión dentro del ámbito educativo que es distinto del concepto en el área administrativa. Este proceso de acercamiento entre ambas disciplinas, nace a finales del siglo XIX cuando “el concepto de gestión había sido asociado con el término administración dentro del ámbito empresarial, económico y de servicios. Mientras que en el área educativa el que se utilizaba era administración. Más adelante en el siglo XX comienza a denominarse gerencia educativa” (Chacón, 2014, p. 152). De forma que ambos conceptos se alejan, pero no se deslindan por completo, pues el segundo tiene su génesis en el primero, pero al desarrollarse en un ámbito distinto adquiere un sentido propio y diferente del que le dio origen.

De manera que, “hablar del concepto de gestión relacionado a la educación, es transitar desde la administración, para luego introducirse y relacionarse directamente con la cultura que rodea a cada país, a cada pueblo, a cada institución” (Portugal, 2013, p. 33). Así, la gestión en la educación retoma los elementos particulares del contexto que tienen participación dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, debido a que estos elementos aportan características particulares y únicas a dicho proceso.

Aunado a lo anterior podemos retomar lo dicho por Cejas (2009) en referencia a dos nociones relacionadas con la gestión en el ámbito educativo, “una vinculada a la administración y otra vinculada al gobierno, a la dirección, a la participación colectiva” (p. 216). Es precisamente en la segunda donde intervienen los elementos que anteriormente se mencionaron, especialmente por medio de dos agentes fundamentales en todo proceso educativo: quien aprende y quien enseña, es decir, el docente y los discentes, quienes al formar parte de un grupo social tienen características y rasgos que los distinguen de otros, así como un bagaje cultural que no pueden abandonar al entrar a un salón de clases.

A continuación, se dan a conocer los resultados obtenidos de la búsqueda y revisión de las definiciones de los tres términos principales que atienda este documento.

Gestión educativa

Partiendo de la distinción que se ha hecho entre la gestión del ámbito administrativo, con la gestión en educación, podemos retomar las palabras de Chacón (2014) “La gestión educativa es ante todo un sistema de saberes o competencias para la acción, un sistema de prácticas” (p. 151). Todos ellos relacionados con el ámbito educativo, se hace referencia aquí al conocimiento pedagógico, filosófico, didáctico y práctico que los agentes educativos poseen para el desempeño de su labor, de manera que esta se realice de la mejor manera posible, atendiendo a la realidad en la cual se encuentran inmersos. Los agentes que se mencionan, no sólo son los docentes, sino también entran en este término los directivos, supervisores, jefes de sector y demás autoridades educativas, así como los gobiernos y sus encargados del sector educativo.

Por su parte, Cejas (2009) nos indica que la gestión educativa “se enmarca dentro de un proceso de planificación estratégica y debe tener una visión relacionada con el entorno” (p. 217). De manera que se rescata el elemento contextual como una condicionante de la planificación que se desarrolle del proceso educativo, sin embargo, lo anterior no siempre ocurre, al menos no en los hechos, pues como nos dice Santos (1994) “una buena parte del discurso oficial es puramente teórico. Decir que se pretende educar para la libertad, para la participación, para la creatividad… no se aviene con lo que sucede en realidad en las aulas” (p. 25). De manera que muchas veces los gobiernos en sus políticas educativas dicen buscar dar respuesta a los retos del entorno nacional sin que este discurso permee realmente en lo que ocurre al interior de las instituciones educativas.

Tal como dice Candela (2022), sin importar cuántos cambios decrete en el papel nuestro gobierno, las raíces de la educación solo podrán cambiarse mediante el convencimiento de quienes participan en ella, en este sentido, la gestión educativa tiene un campo de acción mucho más general, y se ve limitado en su alcance por la participación (o resistencia) de quienes forman parte del Sistema Educativo donde se desarrolle la política educativa gubernamental.

Regresando a Chacón (2014), es importante mencionar que la disciplina que existe en torno a la gestión educativa es relativamente nueva, su génesis viene de la década de los 70’s en el Reino Unido y en Latinoamérica en la de los 80’s, sin embargo, ha existido un enorme progreso en el conocimiento disciplinar de este término, relacionado especialmente con la manera de concebir la acción humana, los procesos sociales y el papel de los individuos al interior de ellos.

Un ejemplo notable del progreso que ha existido en la manera en que el desarrollo de la gestión educativa atiende los procesos sociales e históricos lo podemos encontrar en lo ocurrido durante la Pandemia de COVID-19 que en años pasados vivimos a nivel mundial, tal como el estudio realizado por Carro y Lima (2022), acerca de la gestión educativa de los colectivos escolares en México durante dicho periodo, estos autores nos dicen que este proceso “muestra cambios constantes y vertiginosos, las instituciones educativas se ven en la necesidad de efectuar replanteamientos en su forma de trabajo, cuestionando sus finalidades, alcances y organización” (p. 397). En este sentido, el contexto histórico y social impulsa cambios que resultan en determinados escenarios como lo fue la Pandemia mundial que vivimos, además de necesarios, urgentes

Dichos cambios por parte de las autoridades educativas federales han sido en muchas ocasiones poner en manos de las instituciones educativas la responsabilidad de tomar decisiones acerca de cómo efectuar mejor su labor dentro del Sistema Educativo Nacional, desde esta perspectiva la gestión educativa habrá de entenderse como “un componente esencial para lograr la calidad educativa ya que se encarga de planificar, organizar, dirigir y controlar las actividades educativas en los centros educativos” (Chávez, 2023, p. 16). Siendo ajustado siempre por lo que ocurre en el ámbito social, político, económico y cultural del país en cuestión, y también de lo que vaya ocurriendo a nivel mundial.

Además de los anterior, hay que decir que la gestión educativa desde su propio origen ha estado ligada a factores económicos, y hasta el día de hoy no se ha podido desligar de ellos, Rico (2016) nos dice lo anterior se debe principalmente a dos factores, por un lado, tal como se ha mencionado previamente, “transformaciones socio-económicas que generan nuevas alternativas y enfoques dentro del campo escolar” (p. 59). Lo cual nos indica que todo proceso de cambio en la sociedad tiene una consecuencia en el ámbito educativo, incluso aquellos de orden económico. Por el otro lado, otro factor es la “inmersión de la sociedad de consumo, que, bajo criterios estrictamente neoliberales, ha ocasionado que la educación como bien público sea controlado por la dinámica del mercado” (p. 59).  Lo que significa a nivel mundial se pone énfasis en la intención de generar riqueza por medio de la educación, aunque significa deshumanizarla y vincularla a procesos más cercanos al ámbito empresarial que pedagógico.

Es importante evidenciar la fuerte relación que existe entre la gestión educativa y la gestión escolar, dado que la segunda corresponde a un nivel de concreción particular de lo que la primera pone de manifiesto como propósitos educativos, en el marco de las instituciones educativas.

Gestión escolar

Dentro del ámbito de la gestión escolar hay que recordar que la gestión “hoy va mucho más allá de la mera ejecución de instrucciones que vienen del centro. Las personas tienen responsabilidades de conducción, planificar y ejecutar el plan. El concepto gestión, connota tanto las acciones de planificar como las de administrar” (Casassus, 2000, p. 6). De manera que se reconoce la importancia que tienen las autoridades educativas en dicho proceso, pues en sus manos se encuentra la toma de decisión que habrá de llevar a la acción lo que se pretende desde un plan de estudio o desde un programa de política pública.

Partiendo de lo anterior, podemos retomar las palabras de Schmelkes del Valle (2016) cuando nos dice que la gestión escolar “se construye en un entorno multidimensional y otorga a la escuela la responsabilidad de hacer lo posible para satisfacer las necesidades de aprendizaje de los alumnos” (p. 92).Pues da un énfasis a la capacidad de acción desde lo local para la mejora de los procesos educativos, esta definición no se encuentra alejada de lo que nos indica Loera (2003) con relación al mismo término, definiéndola como el conjunto de acciones que realizan los distintos actores de la comunidad educativa, incluyendo no solo a docentes y directivos, sino también a padres de familia e incluso estudiantes, para lograr el objetivo central de la institución de la cual forman parte, el logro de aprendizajes en los educandos.

Por lo anterior, podemos decir que la principal distinción que hay entre el concepto de gestión escolar y el de gestión educativa se encuentra en el énfasis que el primero pone en lo local, en el ámbito de las atribuciones propias de quienes integran una comunidad educativa, tal como nos lo dice Rodríguez (2000), la gestión escolar comprende la “estructura organizativa y relaciones entre las personas que desempeñan las funciones, cantidad de personal directivo, docente y de servicios. Relaciones de coordinación y subordinación, procedimientos de comunicación. Modos de desarrollo de las funciones de planificación, actualización, supervisión, evaluación” (p. 42). De manera particular en un contexto institucional determinado y sujeto a un entorno que le aporta elementos cuya consideración es indispensable para el buen logro de los objetivos de enseñanza-aprendizaje.

Dado que “la realidad de los centros queda configurada por factores externos e internos que interactúan entre sí potenciándose o condicionándose” (Gairín, 1999, p. 393). La gestión escolar adquiere una enorme relevancia en la mediación que puede darse entre lo que ocurre dentro y fuera de la institución educativa, es decir, por medio de una gestión apropiada ambos polos podrán interactuar de mejor manera y coadyuvarán en el logro de mejores procesos que permitan a los educandos alcanzar mayores aprendizajes, lo anterior a través de lo que el propio Gairín (1999) denomina estrategias, entendidas como “el conjunto de decisiones y acciones fundamentadas relativas a la elección de medios y la articulación de recursos con miras a lograr un objetivo” (p. 395). Todo lo cual está íntimamente relacionado con la planificación, pero que supera el término más básico de ella, pues considera no sólo lo que se posee como institución sino también lo que el entorno puede ofrecer.

En consideración a lo dicho anteriormente, no podemos negar que mucho de lo que ocurra en la gestión escolar de una institución educativa será responsabilidad inmediata del directivo que esté al frente de ella, Carrillo (2008) nos dice al respecto, que el “buen administrador educativo tendrá en cuenta dentro de su gestión escolar la importancia de las relaciones pedagógicas, teniendo la habilidad de evidenciar dónde se encuentran los nudos de tensión y los problemas de una institución para buscar así la mejor solución” (p. 10).  Y bien podríamos sustituir el término administrador educativo por el de gestor escolar, para dar cuenta de que dicha función posee las características enunciadas previamente.

Un ejemplo de la manera en que la apropiada gestión escolar puede contribuir al logro de mejores resultados educativos en el marco de una institución lo podemos encontrar en el estudio realizado por Amador (2022), quien analizó cómo la función directiva puede contribuir a alcanzar una educación inclusiva en las escuelas de educación secundaria venezolanas,  en opinión de la autora, “la labor del director gestor se entiende como un conjunto de principios que se corresponden con la misión y visión que ha previsto la institución para elevar su productividad y sustentabilidad social” (p. 66). Es decir, la gestión escolar siempre toma en consideración la imagen institucional que se pretende avalar, mantener, cambiar o mejorar con la finalidad de que la mejora de los procesos al interior de la institución educativa se encamine hacia dichos propósitos a largo plazo.

En opinión de Chávez (2023), dado que la gestión escolar “desempeña un papel fundamental en la búsqueda de la calidad educativa, ya que influye directamente en el funcionamiento de una institución educativa y, por ende, en el aprendizaje de los estudiantes” (p. 19). Tal como se mencionó previamente, no debemos olvidar la importancia que tiene un apropiado liderazgo en la función directiva en este proceso, pues “un liderazgo efectivo implica establecer una visión educativa clara y alinear a todo el personal en la búsqueda de metas educativas específicas” (p. 19). Dando también un grado de participación a los docentes frente a grupo en el esfuerzo institucional para el logro de dichos objetivos.

Retomando nuevamente a Schmelkes del Valle (2016), quien conoce bien la situación educativa en México, podemos rescatar dos elementos que a su consideración necesarios para el fortalecimiento de la gestión escolar en las instituciones, por un lado incentivar la descentralización administrativa, financiera, técnica y política de los centros educativos para darles mayor flexibilidad, y por el otro el fortalecimiento de las atribuciones que posee el personal directivo, docente, asesores técnico-pedagógicos y supervisores para que puedan contribuir al logro de los proyectos que gestionen las escuelas.

En este sentido, el siguiente nivel de concreción corresponde a la gestión pedagógica que realizan los docentes frente a grupo, quienes tienen una relación directa con los estudiantes y padres de familia, pero también con los directivos y con otras autoridades educativas y con otro personal de su institución educativa.

Gestión pedagógica.

Además de los dos conceptos anteriormente descritos, existe un tercero del cual también es importante establecer algunas características, se trata de la denominada gestión pedagógica. Aunque resulta complejo distanciarla de los conceptos anteriores, existen autores que la incardinan al desempeño docente, Rubio Vargas et al (2018) nos dicen que este término es el “proceso de toma de decisiones a nivel del profesor que está muy ligada a la gestión institucional y las acciones a este nivel. Requiere organizar, planificar regular y controlar el proceso formativo desde la interacción del colectivo pedagógico” (p. 93). En este sentido la gestión pedagógica abarcaría específicamente los procesos que el docente tiene a cargo dentro de su aula, y la relación que puede tener con sus pares, es decir, posee una especificidad mucho mayor que la gestión escolar, y se aboca a todo lo concerniente al proceso de enseñanza aprendizaje que está en manos del docente.

Bajo estos términos, se puede afirmar que “una adecuada gestión pedagógica docente favorece el logro de los aprendizajes y la adquisión de capacidades y competencias necesarias en los estudiantes, los cuáles se evidenciaran en su desempeño académico y futuro desarrollo profesional” (De la Cruz, 2017, p. 325). Y es aquí donde se encuentra el último eslabón en la cadena de toma de decisiones que va desde lo que las autoridades educativas a nivel nacional indican hasta lo que cada uno de los maestros frente a grupo determina como parte de su labor, aunque todos caminan hacia el objetivo final de lograr mejores aprendizajes, el docente es quien puede observar de primera mano si este propósito se cumple o hace falta modificar elementos en el proceso de enseñanza con el fin de coadyuvar de mejor manera al aprendizaje estudiantil.

En este mismo sentido no podemos negar que “la calidad de las escuelas, es en gran medida, la de sus profesores” (Yáñez, 2022, p. 28).  Y que dicha calidad habrá de repercutir sin duda alguna en los resultados obtenidos por los estudiantes que sean atendidos al interior de las instituciones educativas. Tal como nos dice Ma. Antonia Casanova (2022), “se necesitan docentes que implementen nuevas estrategias metodológicas y modelos de evaluación coherentes con ellas y con la atención a la diversidad que exige una sociedad democrática” (p. 11). Es decir, se requieren docentes que desarrollen una gestión pedagógica que sea pertinente con los tiempos actuales, y con los retos que como sociedad enfrentamos en nuestro presente y enfrentaremos en el futuro.

En el ejercicio docente, por lo tanto, habrá de ser necesario también un sentido de liderazgo, que en opinión de Mendoza (2022), “es trascendental e importante en el desarrollo de la institución como organización; la carencia y la no ejecución correcta del liderazgo apropiado en la escuela puede generar inconvenientes para lograr alcanzar las metas y objetivos deseados” (p. 155). Dado que el liderazgo docente complementa lo realizado por el directivo, y contribuye al cumplimiento de los acuerdos tomados en el colectivo escolar.

Por su parte Mendoza y Bolívar (2016) nos dicen que “en la gestión pedagógica intervienen el conocimiento, la acción, los principios éticos, la política (…), orientados al mejoramiento continuo de las prácticas educativas” (p. 44). Por lo que no se encuentra alejada de los conceptos que anteriormente se detallaron, sino que reconoce la importancia que tienen los docentes en el logro de los objetivos de aprendizaje, además, estos autores nos indican que la gestión pedagógica cuenta con dos características, se trata de un proceso con carácter integral y sistémico, es decir, considera una multiplicidad de factores en su desarrollo y lo hace de manera coordinada con otros miembros del colectivo del que forma parte.

Un ejemplo de la importancia que tiene la gestión pedagógica dentro del Sistema Educativo, lo encontramos en el estudio realizado por Mendoza (2022), quien revisa la importancia que tiene el liderazgo educativo en el ejercicio docente, en palabras de este autor, “el liderazgo del maestro y lo que representa ante su entorno escolar es trascendental, es decir, el ser docente debe permitirle vivir, ser un ejemplo y modelo a seguir en el entorno que le rodea” (p. 161). Y es que solo por medio de este ideal, se hace posible el compromiso por parte del docente para con sus estudiantes, y para con su comunidad, dado que “la gestión pedagógica de calidad requiere docentes en permanente crecimiento profesional, aplicando enfoques didácticos innovadores y centrados en el aprendizaje de sus estudiantes” (Chávez, 2023, p. 22). Lo cual solo es posible si el docente se siente parte de una comunidad educativa, y si dicho vínculo le impulsa a desarrollar su labor cada vez de mejor manera, atendiendo siempre como prioridad la realidad social, cultural, económica y política de la que, junto a sus estudiantes, forma parte.

Abonando al sentido de pertinencia que debe poseer la gestión pedagógica de los educadores hoy en día, es necesario añadir un concepto que puede ayudar a lograr este cometido, en palabras de Schmelkes del Valle (2023), la actividad docente habrá de desarrollarse con justicia epistémica, es decir, la gestión pedagógica habrá de “reconocer el valor de otros conocimientos y otras formas de conocer y darle sentido al aprendizaje de quienes los representan, pero también abrir las mentes y los corazones a otras maneras de ver el mundo” (p. 48). Ya que las sociedades democráticas se reconocen como sociedades diversas, la justifica epistémica puede contribuir a que ninguno se sienta ajeno ni extraño dentro de la sociedad de la que forma parte.

CONCLUSIONES  

Con todo lo anteriormente dicho se puede observar que sí es posible hace una distinción entre los tres conceptos que están relacionados con la gestión en la educación, de manera que pueden explicarse desde un enfoque más general a uno más particular, sin que esto signifique una separación completa de cada uno de ellos, pues al formar parte de una misma disciplina se encuentran íntimamente ligados y sus fronteras no son completamente claras, lo que habrá de cambiar en la medida que se analicen y se investiga más acerca de cada uno de ellos.

Es importante que cada miembro del Sistema Educativo tome con responsabilidad y creatividad las labores que le son propias de acuerdo a la función que realice, dado que en sus manos se encuentra el futuro de la sociedad de la que forma parte y de toda la humanidad, ya que “la inequidad educativa es el principal problema de nuestra educación y el mayor desafío a superar para avanzar en el propósito de lograr que la educación sea el vehículo por excelencia para alcanzar bienestar universal y justicia social” (Schmelkes del Valle, 2023, p. 17).

Una apropiada gestión educativa por parte de los gobiernos y de las diferentes autoridades educativas puede contribuir con el establecimiento de los parámetros y objetivos a perseguir en la búsqueda de soluciones a la gran problemática que como sociedades enfrentamos, pues hoy más que nunca en nuestras sociedades “existe la necesidad de contar con una política educativa visionaria basada en la cooperación y que considere los contextos diferenciados” (Carro y Lima, 2022, p. 399). Así mismo, una gestión escolar realizada por los directivos con un enfoque que no ignore las características del contexto donde se encuentre la institución educativa a su cargo puede ayudar a focalizar los esfuerzos y a hacer un uso más responsable y adecuado de los recursos, tanto humanos como materiales, con los que cuentan las escuelas para lograr contribuir a una mayor alcance de los propósitos propuestos, siendo indispensable que “los directivos estudien  anticipadamente sus objetivos y acciones y sustenten sus actos no en corazonadas sino en algún método, plan o lógica” (Amador, 2022, p. 70).

Finalmente, si los educadores realizan una gestión pedagógica que sea pertinente y que no haga caso omiso de lo que se pretende lograr por medio de la educación, estarán contribuyendo desde su quehacer diario a la construcción de una mejor sociedad, para todas y todos, pero especialmente para los estudiantes que tengan bajo su responsabilidad como un buen líder educativo, el cual “debe poseer buenos valores, cualidades y grandes atributos, éste debe ser un ejemplo a seguir y siempre debe estar en la búsqueda del fortalecimiento y mejora” (Mendoza, 2022, p. 159). En este sentido, todos los miembros del Sistema Educativo pueden contribuir desde sus propias labores y atribuciones a la construcción de una sociedad que sea cada vez más humana y equitativa, y en la que podamos todas y todos disfrutar de los derechos y las garantías que son inherentes a nuestra dignidad humana.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Amador, D. (2022). Labor del director como gestor ante la educación inclusiva en educación básica secundaria. En: Sinopsis Educativa, Revista Venezolana de Investigación, Año 2022, No. 2, diciembre 2022, pp. 63-75.

Andere M., E. (2023). El aprendizaje es la gran ausencia en el nuevo plan de estudio de la educación básica de México. En: Perfiles Educativos, XLV (180), Pp. 48-59. https://perfileseducativos.unam.mx/iisue_pe/index.php/perfiles/article/view/61292/53199

Baena, G. (2017). Metodología de la investigación (3ª ed.). Grupo Editorial Patria.

Candela, A. (2023). Saberes y Pensamiento Científico en el plan de estudio 2022. En

Perfiles Educativos, XLV (180), Pp. 16-25. https://perfileseducativos.unam.mx/iisue_pe/index.php/perfiles/article/view/61292/53199

Carro O., A. y Lima G. J. A. (2022). Gestión educativa y colectivos escolares durante la pandemia de la COVID-19. En: RLEE Nueva Época México, 2022, Volumen LII No. 3, septiembre-diciembre, pp. 393-424.

Casanova, Ma. A. (2022). La educación que viene. Puertabierta Editores. México.

Carrillo, E., (2008). La gestión escolar en las instituciones educativas. Revista Synthesis número 46 ISSN 01876007 Folio de indexación en Latindex 14105. México. http://online.aliat.edu.mx/adistancia/Liderazgo/LecturasFalt/Gestios_escolar.pdf

Casassus, . (2000). Problemas de la gestión educativa en América Latina (la tensión entre los paradigmas del tipo A y el tipo B). Versión Preliminar. UNESCO. https://eduvirtual.cuc.edu.co/moodle/pluginfile.php/546118/mod_resource/content/1/GE.JUAN.pdf

Cejas, A. (2009). Gestión Educativa. Revista Integra Educativa Vol. II /N° 3 Año 2009. Pp. 215-231. Instituto Internacional de Integración. http://www.scielo.org.bo/pdf/rieiii/v2n3/n03a10.pdf

Chacón M., L. (20149. Gestión educativa del siglo XXI: bajo el paradigma emergente de la complejidad. Omnia, vol. 20, núm. 2, 2014, Pp. 150-161 Universidad del Zulia Maracaibo, Venezuela. https://www.redalyc.org/pdf/737/73735396006.pdf

Chávez, L. K. (2023). Gestión pedagógica como medio para alcanzar la calidad educativa. Editorial Novo Mundo. Ecuador.

De la Cruz, E. (2017). Gestión pedagógica docente y ejecución instrumental en estudiantes de una Escuela Superior de Formación Artística. Propósitos y Representaciones. 5(2), 321 - 357. doi: http:// dx.doi.org/10.20511/pyr2017.v5n2.175

Gairín, J. (1999). La organización escolar: contexto y texto de actuación. Editorial La Muralla.

Hernández, R., Fernández, C., Baptista, Ma. Del P. (2014). ¿En qué consisten los estudios de alcance exploratorio?. En: Metodología de la Investigación. McGraw-Hill /Interamericana Editores. México.

Loera, A. (2003). Planeación estratégica y política educativa. Documento de trabajo. Secretaría de Educación Pública.

Mendoza, J. A. (2022). Visión ontoepistémica del liderazgo educativo desde la perspectiva docente. En: Sinopsis Ecucativa, Revista Venezolana de Investigación, año 22, No. 2, diciembre 2022, pp. 154-164.

Mendoza, F. M.; Bolívar Aparicio, M. E. (2016). Gestión pedagógica e integración de proyectos educativos productivos en las escuelas rurales. Revista Negotium, vol. 12, núm. 35, noviembre, 2016, pp. 39-55 Fundación Miguel Unamuno y Jugo. https://www.redalyc.org/pdf/782/78248283004.pdf

Morales, O. (2003) Fundamentos de la Investigación Documental y la Monografía. En Manual para la elaboración y presentación de la Monografía. Grupo Multidisciplinario de Investigación en Odontología. Universidad de los Andes. Mérida, Venezuela.

Portugal, J. (2013). La gestión educativa: Una visión hacia la formación docente. Revista No. 12 Motricidad y Persona Pp. 33-40. Universidad Central de Chile – Facultad de Ciencias de la Educación.

Rico, A. D. (2016). La gestión educativa: Hacia la optimización de la formación docente en la educación superior en Colombia. Revista Sophia, vol. 12, núm. 1, 2016, pp. 55-70 Universidad La Gran Colombia. https://www.redalyc.org/pdf/4137/413744648005.pdf

Rodríguez, N. (2000). Gestión escolar y calidad de la enseñanza. Revista Educere, vol. 4, núm. 10, julio-septiembre, 2000, pp. 39-46 Universidad de los Andes. https://www.redalyc.org/pdf/356/35641006.pdf

Rubio, I., Abreu, J., Cabrera, G. C., & Cardoso, C. L. (2018). La interdisciplinariedad en la gestión pedagógica, una tarea de los profesores de la universidad cubana actual. Boletín Virtual, Agosto (7-8), 89-97. https://revista.redipe.org/index.php/1/article/view/545

Santos, M. Á (1994). Entre bastidores, el lado oculto de la organización escolar. Ediciones Aljibe.

Schmelkes del Valle, S. I. (2016). Gestión Escolar: impulsar mejoras desde lo local. Revista Gaceta de la Política Nacional de Evaluación Educativa en México. Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Schmelkes del Valle, S. I. (2023). De cabeza: Repensar la educación. Puertabierta editores. México.

Yáñez Velazco, J. C. (2022). Diez ideas para cambiar la escuela. Puertabierta editores. México.